El colesterol es una palabra que suele generar preocupación, pero no todo el colesterol es malo. De hecho, nuestro cuerpo necesita colesterol para funcionar adecuadamente.
El problema surge cuando los niveles de ciertos tipos de colesterol se desequilibran. Vamos a explorar las diferencias entre el "colesterol bueno" y el "colesterol malo", y cómo mantener un equilibrio saludable.
¿Qué es el colesterol?
El colesterol es una sustancia cerosa y grasa que nuestro cuerpo produce de forma natural en el hígado.
También se obtiene a través de algunos alimentos, como la carne, los lácteos y los huevos. Es esencial para formar las membranas celulares, producir ciertas hormonas y ayudar en la creación de vitamina D.
Sin embargo, el colesterol no se disuelve en la sangre por sí solo. Para moverse por el cuerpo, se transporta en partículas llamadas lipoproteínas. Aquí es donde entra la diferencia entre el colesterol "bueno" y el "malo".
Colesterol bueno (HDL)
HDL significa "High-Density Lipoprotein" (lipoproteína de alta densidad). A menudo se le llama "colesterol bueno" porque ayuda a eliminar el colesterol malo de las arterias y lo transporta de regreso al hígado, donde se descompone y se expulsa del cuerpo.
Beneficios del colesterol HDL:
- Elimina el exceso de colesterol en la sangre.
- Reduce la acumulación de placa en las arterias.
- Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como infartos o derrames cerebrales.
Valores óptimos de HDL:
- Hombres: más de 40 mg/dL
- Mujeres: más de 50 mg/dL
Colesterol malo (LDL)
LDL significa "Low-Density Lipoprotein" (lipoproteína de baja densidad). Se le llama "colesterol malo" porque transporta el colesterol desde el hígado hacia las células, pero si hay más colesterol del que el cuerpo necesita, se acumula en las paredes de las arterias, formando placas que las estrechan y endurecen.
Riesgos del colesterol LDL elevado:
- Aumenta el riesgo de aterosclerosis (estrechamiento de las arterias).
- Puede causar infartos y accidentes cerebrovasculares.
- Favorece la inflamación y el daño a los vasos sanguíneos.
Valores recomendados de LDL:
- Menos de 100 mg/dL es ideal.
- 100-129 mg/dL es aceptable si no hay problemas de salud.
- 130 mg/dL o más es considerado alto y peligroso.
¿Cómo mantener el equilibrio entre HDL y LDL?
Para tener un colesterol saludable, es clave fomentar el colesterol bueno y reducir el malo. Aquí te dejo algunas estrategias respaldadas por estudios médicos:
Alimentación balanceada:
- Aumenta el consumo de grasas saludables (aguacate, aceite de oliva, frutos secos).
- Reduce las grasas saturadas y trans (comida rápida, productos ultraprocesados).
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Come más fibra (frutas, verduras, avena, legumbres).
Ejercicio regular:
Realiza actividad física al menos 150 minutos a la semana. El ejercicio aeróbico, como caminar, nadar o andar en bicicleta, ayuda a elevar el HDL y bajar el LDL.
Evita el tabaco y el alcohol en exceso:
Fumar reduce el HDL y daña las arterias. El alcohol, en pequeñas cantidades, puede aumentar el HDL, pero el exceso es perjudicial.
Mantén un peso saludable:
El sobrepeso eleva el LDL y disminuye el HDL. Perder incluso un 5-10% del peso corporal mejora significativamente los niveles de colesterol.
Impacto en la salud
LDL elevado: Cuando el LDL supera los niveles saludables (generalmente por encima de 100-130 mg/dL, según las guías médicas), el exceso se deposita en las arterias. Esto puede desencadenar inflamación crónica, endurecimiento arterial y coágulos. Factores como una dieta rica en grasas saturadas, sedentarismo o genética (hipercolesterolemia familiar) pueden elevar el LDL.
HDL bajo: Niveles bajos de HDL (menos de 40 mg/dL en hombres o 50 mg/dL en mujeres) se asocian con mayor riesgo cardiovascular, ya que hay menos capacidad para eliminar el colesterol sobrante. El ejercicio, el abandono del tabaco y el consumo moderado de grasas saludables (como el aceite de oliva) pueden aumentar el HDL.
Tratamiento farmacológico
Cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes o los niveles son muy altos, el médico puede recetar medicamentos. Los más comunes son:
- Estatinas (Atorvastatina, Rosuvastatina, Simvastatina): Reducen la producción de colesterol en el hígado.
- Inhibidores de la absorción de colesterol (Ezetimiba): Limita la absorción de colesterol en los intestinos.
- Resinas secuestradoras de ácidos biliares (Colestiramina): Ayudan a eliminar el colesterol del cuerpo.
- Inhibidores de PCSK9 (Evolocumab, Alirocumab): Se usan en casos graves, especialmente si hay predisposición genética.
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Fibratos y Niacina: Más efectivos para reducir triglicéridos
y aumentar el HDL.
En Conclusión ¿Es una diferencia real o solo un mito?
La distinción entre "bueno" y "malo" no es un invento, pero sí una simplificación. Ambos tipos de colesterol son necesarios; el problema radica en el equilibrio. Un nivel total de colesterol (LDL + HDL + otros lípidos) por encima de 200 mg/dL puede ser preocupante, pero lo crucial es la proporción entre LDL y HDL.
Por ejemplo, alguien con colesterol total alto pero mucho HDL podría estar mejor protegido que alguien con niveles moderados pero poco HDL.
Sí, hay una diferencia real entre el colesterol "bueno" y "malo", basada en cómo el LDL y el HDL afectan la salud cardiovascular. Sin embargo, el panorama es más complejo que una simple dicotomía. Mantener un equilibrio adecuado, mediante dieta, ejercicio y, si es necesario, medicación (como estatinas para bajar el LDL), es clave para la prevención.
Consultar a un médico y realizarse análisis periódicos permite
evaluar el perfil lipídico completo y tomar decisiones informadas. En resumen,
la diferencia existe, pero entenderla a fondo es lo que marca la verdadera
diferencia en la salud.
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